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Es necesario pasar del papel a la realidad, El gas natural eje de la transición energética

En momentos en que el país enfrenta una situación crucial por cuenta de las constantes alzas de la gasolina, medida que ha impactado directamente el bolsillo de los colombianos, el GNV definitivamente se ha convertido en una alternativa de alivio para los taxistas, los propietarios de vehículos particulares, los transportadores de carga pesada y los sistemas masivos como Transmilenio.

Y es que, definitivamente, este año, y particularmente los últimos meses, el país ha evidenciado un contraste en el uso de los combustibles que se ha visto reflejado, por un lado, en la molestia que genera mes a mes el fuerte incremento de la gasolina (mientras llega el del diésel en 2024), y por el otro, la búsqueda del gas como una solución prácticamente inmediata ante el mencionado incremento.

Las cifras hablan por sí solas:

  • La competitividad del GV frente a la gasolina, especialmente en materia de costos, es hoy superior al 50%.
  • En los últimos 3 años, el promedio mensual de conversiones a GNV era de 400, pero con el ajuste al precio de los combustibles líquidos entre junio y agosto de 2023, se superaron las 1.200 unidades por mes.
  • En el país hay alrededor de 87.000 taxis activos que funcionan con Gas Natural. En lo corrido de 2023 con corte a julio, se han realizado 10.304 conversiones, 31 % más respecto al mismo periodo del año anterior, realizadas en su mayoría en ciudades como Barranquilla (1.214), Medellín (901), Cali (803), Bucaramanga (671) y Bogotá (4034).
  • En Bogotá circulan más de 48.600 taxis, el 45% usan gas natural y el resto gasolina. Ahora el reto es apuntarle a la conversión de todo el parque de taxis a gas natural, pues con un consumo de 5 galones diarios de gasolina, al pasarse a gas natural, cada taxista se ahorraría en promedio un 46% frente a los que usan gasolina, es decir entre $ 800.000 y $1’300.000 mensuales, lo equivalente a un salario mínimo.
  • Actualmente, el Sistema Transmilenio cuenta con cerca de 2.143 buses Euro VI a GNV, lo que representa el 19% de la flota vinculada a la operación del sistema.
  • En la actualidad, en el segmento de transporte de carga, el país ya cuenta con más de 2.000 tractocamiones. Adicionalmente, han entrado a operar las primeras 50 unidades de vehículos de carga liviana dedicados a GNV.
  • También, desde hace casi 8 meses, ruedan por las carreteras de Colombia, 3 buses intermunicipales operados con gas natural.
  • Hay un aporte significativo a la calidad del aire y la salud pública. Para el caso puntual de Transmilenio, tanto la incorporación de flota a GNV Euro VI como la flota diésel Euro V con filtro DPF, ha traído reducción del número de partículas emitidas en el exhosto al ambiente en un 99%.
  • Ya se están fabricando vehículos dedicados de fábrica con estándares de emisiones Euro 6.

A lo anterior, vale la pena contextualizar a los lectores recordando que el GNV, a lo largo de las dos últimas décadas, ha logrado posicionarse en el país en varios segmentos (transporte de pasajeros, usos comerciales, transporte de carga, etc.). Durante más de 20 años, se ha desmitificado su uso y la baja percepción de calidad de la cual se hablaba al comenzar el nuevo milenio, pues con el transcurrir de los años se han mejorado notablemente los procesos de calidad, auditoría, implementación de talleres, reglamentación, experiencia, formación de técnicos y desarrollo tecnológico, entre otros aspectos. Por esta razón, hoy goza de buen prestigio y gran credibilidad.

Además, la industria del GNV se está viendo beneficiada con la construcción y ampliación de la red de Estaciones de Servicio, así como con la reciente constitución del fondo de financiación para la sustitución de flota, previsto para iniciar este mes de octubre.

Ante este panorama, es necesario preguntarse ¿qué falta? La respuesta nos lleva a pensar en dos aspectos fundamentales: las reservas con las cuales cuenta el país y la política energética de Gustavo Petro. Si bien, Colombia es un país privilegiado en cuanto a recursos naturales, las reservas de gas con las cuales cuenta necesitan un proceso de extracción y por ende la participación y motivación de las empresas del sector. Esta promoción sólo es posible con el acompañamiento del Estado, a través de una política energética firme, confiable, con lineamientos claros, con respaldo y garantías en el mediano y largo plazo. Sólo así será posible pasar del papel a la realidad, llevando a la práctica lo que se plasmó en la ley 2128 de 2021, donde se promueve el gas combustible como eje de la transición energética.

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